En un rincón lejano del espacio, flotaba una nave espacial llamada «Cosmos«. En ella vivía una niña muy inquieta llamada Luna, quien siempre soñaba con buscar las estrellas y descubrir cosas nuevas.
Un día, mientras jugaba con su amigo robot Sparky, Luna encontró un mapa viejo en uno de los cuartos de la nave. El mapa señalaba varios lugares en la nave que nunca antes había visitado. Con sus ojos brillando de alegría, Luna decidió que era hora de una nueva aventura.
—¡Vamos, Sparky! —dijo Luna, levantándose de un salto—. ¡Vamos a buscar los misterios de la Naveespacial “Cosmos”!
Primero, el mapa los llevó a la Sala de las Estrellas. Allí, Luna y Sparky encontraron un lente gigante. Luna miró a través del lente y vio mundos de colores, estrellas fugaces con largas colas brillantes y grupos de estrellas en formas de animales.
—¡Mira, Sparky! —exclamó Luna—. ¡Hay tantas cosas hermosas en el espacio! Quiero saber todo sobre él. Sparky parpadeó con sus luces, emocionado también.
El siguiente destino en el mapa era el Cuarto de pruebas. Luna y Sparky encontraron botellas de colores, tubos y máquinas extrañas que hacían burbujas y humo. —¿Qué haremos aquí? —preguntó Luna inquieta.
Luna presionó un botón grande y una pantalla mostró pasos para hacer un experimento con burbujas espaciales. Siguieron los pasos y crearon burbujas enormes que flotaban y cambiaban de colores. Luna reía de alegría mientras las burbujas bailaban alrededor de ella. —¡Los experimentos son tan divertidos! —dijo Luna, con una gran sonrisa.
Por último, el mapa los llevó a una puerta escondida que conducía a una sala con paredes con muchas pantallas. Las pantallas mostraban fotos de todos los viejos viajes espaciales. Luna vio personas flotando en el espacio, robots buscando mundos y naves despegando hacia lo desconocido.
—Quiero ser una buscadora de mundos algún día, Sparky —dijo Luna, mirando las pantallas con asombro—. Quiero descubrir nuevos mundos y aprender sobre el espacio. Sparky iluminó sus luces para decir que estaba de acuerdo.
Luna y Sparky pasaron todo el día buscando en la nave espacial y haciendo nuevos descubrimientos. Luna se dio cuenta de que el espacio estaba lleno de cosas geniales y que sus ganas de saber la llevarían a lugares maravillosos.
Cuando llegó la noche, Luna se acostó en su cama, mirando por la ventana de la nave espacial. Las estrellas brillaban fuerte, y Luna sabía que cada una de ellas tenía un cuento que contar. —Buenas noches, espacio —dijo suavemente Luna—. Mañana será otro día de aventuras y descubrimientos.